20 may 2010

"Matadlos a todos que Dios escogerá a los suyos"

Esta genial , aunque indudablemente sádica frase, con la que se encabeza este artículo fue pronunciada por Arnaldo Amalric en julio de 1209 durante el sitio de la ciudad francesa de Béziers, en la cruzada albigense.
Arnaldo deja ver con ella lo "mejorcito" de la forma de trabajar de la Inquisición a la que pertenecía. Esto es, la capacidad de ser inmensamente cruel a base de primar una causa.
Quizás pueda parecer inapropiado calificar de genial una frase que ha significado las vidas de muchas personas. En este sentido puedo estar conforme pero, si ayudados por la distancia en el tiempo podemos contemplar la frase de forma figurativa o literaria comprenderemos que, aparte e la vertiente sádica, hay un claro desafío a Dios por mucho que se pretenda obrar en su nombre. Esto es así porque por un lado se hace algo en nombre de Dios y por otro se contradice un mandamiento fundamental (no matarás). En cuanto a esto podría entroncar con el juego de la ruleta rusa porque ahí existe también una búsqueda de un "salir de cuentas", un saber si la vida nos quiere hundir o nos da derecho a vivir. Quizás para Arnaldo también era importante desafiar a su Dios y saber si le permitiría hacer lo que los anhelos más profundos y desconsiderados del inquisidor ansiaban.

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